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El blog de Tere

Odiar a Yoko Ono

Odiar a Yoko Ono Oh my love for the first time in my life
My eyes are wide open
Oh my lover for the first time in my life
My eyes can see

En los últimos días he escrito con un par de artículos para Armadillo en los cuales hablo, de manera crítica y árida, de las poses, actitudes y maneras de pensar de ciertas mujeres. En el más reciente, incluí una canción escrita por Yoko Ono. La canción en cuestión era perfecta para la temática del artículo. Al verla, la webmistress primero me hizo saber que la canción no era de su agrado. Después remató con un sencillo "A mí no me cae bien Yoko Ono".

Esas palabras fueran las mismas que yo repetía hace menos de un año. Es más, casi podría jurar que esas mismas y exactas palabras indican la opinión mundial respecto a Yoko Ono. Esto es hasta natural: la Sra. Ono es señalada por millones de beatlefans a nivel internacional como "la oriental que hizo que The Beatles se separaran". Vaya, creo que hasta me quedo corta en encasillar esa idea únicamente a los seguidores del Cuarteto de Liverpool.

Hay, en un foro al que visito con cierta regularidad, una joven argentina que es extremista en demasía al mostrar su odio en contra de la Sra. Lennon. De hecho, sus posts e insultos son tan virulentos, que más de una vez he sido testigo de cómo los miembros del mismo le han pedido respeto a la elección que hizo John Lennon de su compañera de vida. Las razones que le dan, son más o menos las siguientes: "Fulanita, te pedimos respeto. Piensa que si John escogió a Yoko fue por algo. Algo ha de haber tenido esa mujer para que John se enamorara tan perdidamente de ella. El hubiera querido que sus seguidores lo apoyaran en su elección y la respetaran como él la respetaba". No puedo evitar aquí una sonrisa al recordar su respuesta usual: "¡Lo embrujó! ".

Este post no intenta reivindicar la imagen de Yoko Ono ante nadie. Más bien, la idea de escribirlo me vino cuando reflexioné sobre por qué y cómo había cambiado mi perspectiva y mi imagen de ella en este último año, después de haber abierto Los4.com.

I see the wind, oh I see the trees
Everything is clear in my heart
I see the clouds, oh I see the sky
Everything is clear in our world

Esta mujer de los treintas, cuyo nombre significa "hija del océano", nació en el seno de una familia aristocrática de Tokio. Desde muy temprana edad acudió a las mejores escuelas de su país, aquella en las cuales los miembros de la familia imperial japonesa se formaron. Su padre, un pianista convertido en banquero para continuar la tradición de su esposa, fue transferido a los Estados Unidos un poco antes de que ella naciera. Yoko permaneció en Japón con su madre, Isoko, durante varios años en los cuales nació en ella una rebeldía en contra de los excesivos lujos y la vida de socialité que llevaba su madre. Su afición por el arte y rompimiento expreso con la clase social en la cual interactuaba fue demasiado para Isoko, quien al no tener demasiado tiempo libre para lidiar con una adolescente rebelde y con tendencias al idealismo social, continuó su agitada vida elitista desentendiéndose de su formación.

A los 19 años, y después de pasar penurias por el ataque de los Estados Unidos a su país, Yoko llegó a Los Estados Unidos y de inmediato fue inscrita en el connotado Sarah Lawrence College (en el cual también Linda Eastman estudiaba) de Scarsdale, Nueva York. Ahí, respaldada por su excelente formación musical adquirida en Tokio, le fue fácil relacionarse con los compositores avant-garde de la época, Arnold Schönberg y Anton Von Webern. Tambien tuvo tiempo para casarse en contra de los deseos de sus padres, con Toshi Ichiyanagi, un estudiante de la prestigiada Universidad Julliard. A principios de los sesenta, Yoko contaba ya con un nombre en el ámbito intelectual de Manhattan y era conocida por sus conceptos musicales complejos (incorporar sonidos compuestos en sus composiciones), su afición por los performances y su tendencia a la poesía y las expresiones artísticas.

A los 29 años y ya con un nombre encima, regresó a Japón durante dos años, tiempo en el cual expuso su obra en varias galerías de Tokio. Se divorció de Ichiyanagi y de inmediato se casó con Anthony Cox, jazzista y productor de películas estadounidense y padre de su hija Kyoko. Para 1965, y con 32 años, la señora era ya una artista reconocida y líder del movimiento Fluxus neoyorquino, que englobaba a los artistas innovadores de la época.

Oh my love for the first time in my life
My mind is wide open
Oh my lover for the first time in my life
My mind can feel

Todo este impresionante bagaje le dio las armas para permanecer más que inamovible y con cara de fastidio el día que un artista pop inglés entró a su propia exhibición de arte en la Galería Indica de Londres, a donde había sido invitada expresamente a inaugurar el 9 de noviembre de 1966. El artista pop en cuestión, y con la prepotencia de saberse un Beatle, hizo una solicitud a la cual Yoko se negó ya que la exhibición aún no se encontraba abierta al público.

Ese, señores, fue el dentonante de un amor que hizo historia. Yoko, por su seguridad en sí misma, por su confianza en los niveles que había alcanzado y por saberse completa, no cedió ni se impresionó ante un John Lennon desconcertado ante lo que tal vez fue la primera negativa que recibió a partir del momento en que se volvió famoso. Y así, ante alguien totalmente independiente y que además contaba con el embrujo del ofrecer ese sexo que sólo pueden dar los que se saben únicos y realizados, John perdió efectivamente la cabeza, la congruencia, y cualquier nexo con su vida previa al día en cuestión.

Yoko Ono, a partir de ese momento, se convirtió en la parte pensante de la relación. Pero ojo, su actitud no se limitó a controlar sino a aportarle a John los elementos para decidir por sí mismo, y por primera vez en su vida, el tomar las riendas de su vida futura . En la entrevista concedida a Playboy meses antes de la muerte de Lennon, John lo admitió: "Ella me decía: 'No tienes que hacer lo que te exigen, no tienes que actuar como te lo piden, entiende sus fines, libérate y lucha por ti'".

Años después y con John a sus pies, Yoko se aventó, con una seguridad de esas que envidias a más no poder, a enviar a John a Los Angeles durante 18 meses con una amante seleccionada por ella misma. Y con esa misma seguridad y únicamente por medio de una llamada telefónica, lo regresó a su lado (quisiera yo ver cuántas mujeres se sienten tan seguras como para hacer lo anterior) en el momento que lo consideró conveniente.

I feel the sorrow, oh I feel the dreams
Everything is clear in my heart
I feel life, oh I feel love
Everything is clear in our world

Se encargó además, después de nacer su hijo Sean, de las finanzas familiares, tomando la rienda de las múltiples empresas creadas por ambos y generando ingresos a pesar de no tener conocimientos previos de administración y finanzas. Y a pesar de lo anterior, en ningún momento dejó de trabajar como artista ni de montar exhibiciones con sus obras.

A la muerte de John, y hasta la fecha, Yoko Ono ha sido una mujer discreta, audaz, con un ojo comercial único y con un legado que no debe, por ningún motivo, ser menospreciado ni desechado especialmente por las mujeres del mundo.

Mujeres de los sesenta... ¿mencioné en algún momento que Yoko era 7 años mayor que John?

Hay mucho que aprender de las mujeres de los 30.

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Las palabras de una mujer pensante:

"No se niega que aún vivimos en un mundo capitalista. Creo que con el fin de sobrevivir y cambiar al mundo tienes que cuidarte a ti mismo primero. Tienes que sobrevivirte a ti mismo. Yo solía decírmelo, soy la única socialista viviendo aquí. No tengo un centavo. Todo es de John, así que yo estoy limpia. Pero yo estaba usando su dinero y tuve que enfrentar tal hipocresía. Solía pensar que el dinero es obsceno, que los artistas no tenían que pensar acerca del dinero. Pero la sociedad cambia y hay dos caminos a seguir: a través de la violencia o a través del poder del dinero dentro del sistema. Muchas personas en los sesenta se escondieron y se involucraron en bombazos y en otro tipo de violencia. Pero ese no es el camino, definitivamente no para mí. Así que para cambiar el sistema -aún si te vas a convertir en un alcalde o algo así- necesitas dinero."

"En estos días, la sociedad prefiere a la gente soltera. Las motivaciones son a divorciarte o a separarte o a ser soltero o a ser gay, lo que sea. Las corporaciones quieres solteros, trabajan mas duro si no tienen compromisos familiares. No necesitan angustiarse si no llegan temprano a casa o durante los fines de semana. Una mujer tiene que negar a su matriz si quiere tener éxito."

"Starting Over es una canción que me puede hacer llorar. John habla de los sesenta y de cómo nos dio una probada de libertad, sexual y de otros tipos. Fue como una orgía. Entonces, después de esa probada que tuvimos juntos, los hombres y las mujeres perdieron la realidad del otro y muchas familias y relaciones se deshicieron. Realmente creo que lo que pasó en los setenta puede compararse con lo que sucedió bajo el nazismo con las familias judías. Sólo que la fuerza que las separó vino de adentro, no de afuera. Tratamos de racionalizarlo como el precio que estamos pagando por nuestra libertad. Y lo que John está diciendo en esta canción es algo así como: Ok, tuvimos la energía de los sesenta, en los setenta nos separamos, empecemos de nuevo en los ochenta. El está tratando de llegar a mí, la mujer. Llegar a mí después de todo lo que ha sucedido después de los campos de guerra de las familias muertas, es más difícil ahora. Del otro lado del disco está mi canción "Kiss, kiss, kiss", que es el otro lado de la misma cuestión. Ahí está el sonido de una mujer llegando al clímax y está pidiendo ser tomada, ser tocada. Será controversial porque la gente sigue sintiendo que es menos natural escuchar los sonidos de una mujer haciendo el amor que, digamos, el sonido del Concorde, que está matando la atmósfera y contaminando la naturaleza. Juntos, ambos lados son una oración para cambiar los ochenta."

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Citas tomadas de la entrevista a John Lennon y Yoko Ono, realizada por el periodista David Sheff y publicada por la Revista Playboy en enero de 1981. Los4.com, Sección ¿Qué Más?

Canción "Oh My Love", John Lennon & Yoko Ono. Album Imagine, 1971.

4 comentarios

Imagine -

Yo admiro y me concidero seguidor de Jhon Lennon. Y también respeto la situación en que se vieron enfrascados los dos y al mismo tiempo admiro esa relación de complementario, que su anterior pareja de Jhon no le proporcionaba. Ono pertenece a una generación de artistas del movimiento fluxus de los 60 muy importante en el campo artístico plástico, y Jhon Lennon lo fué desde la música. Los beatles hicieron historia y su música trascende todos los tiempos, pero dudo mucho que la extraordinaria canción Imagine de Jhon se halla logrado sin haber conocido a Yoko, pues ella tiene en su preparación conocimiento del budismo (lo que en parte originó su actitud) que es clave para entender la influencia en las letras God e Imagine, mas allás de verse como una oda a la paz y las ideologías. No estoy de acuerdo en que a Yoko Ono se le tache como alguien que no debió existir en la vida de Lennon, solo porque coincidió en algún momento de su vida con este personaje, coincido con esta página, Jhon Lennon no fue propiedad de nadie, ni siquiera de los Beatles pero eso pocos lograrán entenderlo. Jhon Lennon trascendió a sí mismo, algo que el pobre Paul Mc Cartney no pudo hacer hasta ahora con su exesposa (no Linda).

Fate -

Personalmente no tengo ningún sentimiento en particular hacia Yoko, pero he visto algo de su obra (un par de exposiciones minimalistas/conceptuales) y un documental y francamente no me gustó.

Tere -

Estoy totalmente de acuerdo contigo en lo que se refiere a sus propuestas musicales. Es de sabios no incurrir en un área en donde no puedes cumplir por lo menos decorosamente. El concierto de John y Yoko en Toronto confirma esto. Saludos.

Alberto -

Entiendo a lo que te refieres. Mi tío Guillermo, megafanático de los Beatles, solía hacer comentarios al estilo de "bruja" o "maldita vieja". Y aún cuando puedo entender el malestar y rencor hacia Yoko de parte de los fans del cuarteto -baste recordar que su nombre se utiliza para referirse a cualquier mujer que se interponga en la carrera de una banda-, jamás lo he compartido. Coincido contigo, si John la amaba, era por algo. Y si bien nunca me agradaron sus extravagantes propuestas musicales, siempre he sentido respeto hacia su actitud y algunas de sus propuestas plásticas.